També disponible en: Valencià

La cita era en la Estación del Norte valenciana a las 10 horas del sábado 1 de junio de 2019. Por segundo año consecutivo Avivament, el festival de filosofía de Valencia se abría con la visita (la peregrinación precisaba uno de los asistentes) a la que fuera residencia de Joan Fuster en vida convertida ahora en Espai Joan Fuster, centro de estudios y actividades sobre la obra del autor de Sueca.

En el punto de encuentro pudimos saludar a Antoni Martí Monterde valenciano de Turís de aspecto bíblico, profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universitat de Barcelona y apasionado del mundo ferroviario como pudimos comprobar en un primer contacto. El profesor Martí ejercería de guía en nuestras labores de búsqueda de Josep Palàcios, pensador oculto y desconocido para el gran público (entre el que nos incluimos) al que se suele aludir bajo la denominación de albacea de Fuster. Una docena de personas, a las que su unirían otra docena más en nuestro destino, subimos al cercanías que partía con destino Sueca a las 10.42 h. de una soleada mañana del sábado.

Una vez en la capital de La Ribera la consabida visita el monumento a Joan Fuster, fotografía incluida y la rápida visita guiada a la Casa Fuster antes de instalarnos en el magnífico patio interior dispuestos a emprender la búsqueda de Josep Palàcios (¿haría acto de aparición en el evento?) previa introducción a su obra física (de gran formato toda ella) por parte de Salvador Ortells, director del Espai Joan Fuster. Entre otras obras pudimos ver el original de Destrucción, título premonitorio al haber sido afectado por la onda expansiva de la bomba que la extrema derecha hizo estallar en la fachada de la Casa Fuster la mañana del 11 de septiembre de 1981.

Instalada nuestra bandera en forma de roller publicitario estuvimos atentísimos a la charla que Antoni Martí fue desplegando alrededor de la figura de Josep Palacios haciendo alusión a otros desaparecidos de la literatura universal (Maurice Blanchot, cuya biografía se resumía en un lacónico: Vivo muy lejos, o ese encantador permanente de adolescentes que fue J. D. Salinger). JPM (Josep Palàcios Martínez) el hombre manuscrito, el autor que reescribe de modo sistemático hasta configurar una obra resumida en las diversas ediciones de su Alfabet Palàcios, cuya tercera, y puede que definitiva versión fue publicada por Publicaciones de la Universitat de València en el pasado 2015.

Palacios es el letraherido terminal que se pregunta a sí mismo si el hombre es capaz de un pensamiento radical (la vida verdaderamente vivida es la literatura) y cuyo objetivo no es otro que el escribir hasta la muerte, destino inmortal de toda literatura que se precie. Edgar Allan Pou estaría plenamente de acuerdo con el autor suecano cuando afirma que se piensa hasta donde se escribe (Penso ergo Escribo), más Camus que Sartre (ese gran farsante). El siglo XX fue fusteriano mientras que el actual será palaciano remató de manera muy atrevida el conferenciante.

Josep Palàcios, el Gadamer de Sueca, autor de libros que no caben en nuestras estanterias por su gran formato y contenido, no hizo acto de aparición finalmente. No dio lugar a la decepción por parte de los asistentes y contribuyó a su manera al crecimiento del mito. En el turno de preguntas convenimos en señalar que al reescritura final de su obra correrá a cargo de nosotros los lectores y que la imaginación no es otra cosa que la inteligencia disfrazada. El resto es lectura.  | VP-2019-02

Alfonso Moreira